Un kilo de sal para tres

Hace nueve años, una amiga de mi infancia en Sudáfrica me visitó en Londres. Ella lee las cartas del tarot y las energías, y se ofreció a analizarme pasando sus manos sobre mi cuerpo, desde la cabeza. “Vaya, tienes muchas cosas ahí”, me dijo. Sus manos se posaron sobre mi corazón. “Aquí también hay un…