Besé a mi colega conserje en medio de un montón de basura
“¿A dónde vas?”, me dijo. “La galera está por aquí”. Intenté escabullirme, pero algo en su sonrisa de dientes chuecos me hizo sentir cómoda. “Honestamente”, dije, “la galera me intimida”. “A mí también”, respondió. “Vamos a abordarla juntos”. Mientras comíamos pizza, le conté lo del consolador. “¿Ah, sí?”, contestó. “Yo encontré un contenedor de rollo…