Quizá no pueda tener hijos. Y eso es un alivio
Cuando tenía 16 años, mi madre me dijo que nunca sería más feliz. Entrar en la edad adulta, salir de casa, incorporarme al mundo laboral, tener hijos… todas esas etapas, según ella, estarían marcadas por el sufrimiento y la decepción. Yo no sabía cómo decirle que me sentía sofocada y ansiosa todo el tiempo, así…