Desde el principio de la pandemia, los médicos han descubierto que la gente que experimenta casos graves de COVID-19 a menudo tiene problemas renales y no solo el daño pulmonar característico de esta enfermedad.
Ahora, un estudio muy grande señala que, después de que los pacientes se recuperan de la infección inicial, los problemas renales pueden durar meses y que en algunos pacientes las secuelas pueden originar una reducción considerable de la función renal.
En este estudio, publicado el 1 de septiembre en la revista Journal of the American Society of Nephrology, se descubrió que cuanto más enfermos estuvieran los pacientes al principio, más probable era que sufrieran un daño renal prolongado.
Pero incluso las personas que contraen el virus y presentan una infección menos grave podrían ser vulnerables.
“De manera generalizada, en realidad vemos un mayor riesgo de que se presente una serie de eventos importantes vinculados con el riñón”, señaló F. Perry Wilson, nefrólogo y profesor adjunto de Medicina en la Universidad de Yale, quien no participó en el estudio. “Y lo que más me sorprendió es que estos perduraron”.
Los riñones tienen una participación fundamental en el organismo para eliminar las toxinas y el exceso de líquido de la sangre, ayudar a mantener una presión arterial saludable y regular el equilibrio de electrolitos y de otras sustancias importantes. Cuando los riñones no funcionan bien o de manera eficiente, los líquidos se acumulan y provocan inflamación, presión sanguínea alta, debilidad en los huesos y otros problemas.
El corazón, los pulmones, el sistema nervioso central y el sistema inmunitario pueden sufrir un deterioro. En la etapa terminal de la insuficiencia renal, quizás se necesite la diálisis o un trasplante de riñón. Esta enfermedad podría provocar la muerte.
Este nuevo estudio, el cual se basó en los registros de los pacientes del sistema de salud del Departamento de Asuntos de los Veteranos, analizó la información de 89.216 personas que dieron positivo al coronavirus entre el 1 de marzo de 2020 y el 15 de marzo de 2021, así como la información de 1.637.467 personas que no tuvieron covid.
Entre uno y seis meses después de haberse infectado, los sobrevivientes de covid tuvieron aproximadamente un 35 por ciento más de probabilidades de tener un daño renal o un deterioro considerable en la función renal que quienes no tuvieron covid, señaló Ziyad Al-Aly, director del servicio de investigación y desarrollo en el Sistema de Atención a la Salud de San Luis del Departamento de Asuntos de los Veteranos (VA, por su sigla en inglés) y autor sénior del estudio.
“Las personas que han sobrevivido a los primeros 30 días de la covid están en riesgo de desarrollar insuficiencia renal”, mencionó Al-Aly, nefrólogo y profesor adjunto de Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington.
Debido a que muchas personas que tienen una función renal disminuida no experimentan dolor ni otros síntomas, “lo que importa en realidad es que la gente sepa que existe un riesgo y que los médicos de los pacientes que tuvieron covid estén muy atentos a la función y a la insuficiencia renal”, explicó.
Los dos grupos de pacientes del estudio diferían en que todos los miembros de un grupo se habían infectado con covid y los miembros del otro grupo podían haber tenido una variedad de otros padecimientos. Los especialistas advirtieron que las comparaciones tenían limitaciones.
Los investigadores intentaron reducir al mínimo las diferencias a través de análisis detallados que ajustaron a partir de una larga lista de características demográficas, enfermedades preexistentes, uso de medicamentos y si las personas estaban en asilos.
Otra limitación es que los pacientes en el estudio del VA eran en su mayoría varones blancos de una edad promedio de 68 años, así que no queda muy claro cuán generalizables son los resultados.
Según los expertos, un aspecto sólido de la investigación es que contempla a más de 1,7 millones de pacientes con expedientes médicos electrónicos detallados, lo que la convierte en el estudio más grande hasta ahora sobre problemas renales vinculados a la covid.
Aunque lo más probable es que los resultados no sean aplicables para todos los pacientes con covid, muestran que entre los participantes del estudio “existe una afectación muy notable a largo plazo para la salud renal de los sobrevivientes de COVID-19, sobre todo para quienes estuvieron muy enfermos durante la enfermedad aguda”, señaló C. John Sperati, nefrólogo y profesor adjunto de Medicina en la Universidad Johns Hopkins, quien no participó en el estudio.
Otros investigadores han descubierto patrones parecidos, “así que este no es el único estudio que indica que estos eventos están ocurriendo después de una infección de COVID-19”, añadió.
Sperati y otros especialistas han señalado que incluso si solo un pequeño porcentaje de los millones de sobrevivientes de COVID-19 en Estados Unidos desarrollasen problemas renales prolongados, el impacto para la atención sanitaria sería muy importante.
Con el fin de evaluar la función renal, el equipo de investigación evaluó los niveles de creatinina, un producto de desecho que los riñones deben eliminar del cuerpo y también un indicador de la adecuada filtración de la sangre, el cual se denomina índice de filtración glomerular.
Wilson explicó que, a lo largo de la vida, los adultos sanos poco a poco pierden la función renal a partir de los treinta y tantos o cuarenta y tantos años a razón de aproximadamente el uno por ciento o menos al año. Las enfermedades y las infecciones importantes pueden provocar una pérdida más significativa o permanente de esta función, la cual puede originar una insuficiencia renal crónica o una insuficiencia renal en etapa terminal.
Según Al-Aly, en el nuevo estudio se descubrió que 4757 sobrevivientes de covid habían perdido al menos un 30 por ciento de la función renal en el año posterior a haber tenido la infección.
Eso equivale a cerca de “30 años de deterioro en la función renal”, afirmó Wilson.
En el estudio se descubrió que existía un 25 por ciento más de probabilidades de que los pacientes que tuvieron covid alcanzaran ese nivel de deterioro que las personas que no contrajeron la enfermedad.
Un grupo más pequeño de sobrevivientes de covid presentó deterioro más acentuado. Pero había un 44 por ciento más de probabilidades de que los pacientes con covid perdieran al menos el 40 por ciento de la función renal y era un 62 por ciento más probable que perdieran al menos el 50 por ciento que los pacientes sin covid.
Al-Aly informó que en 220 pacientes con covid se detectó insuficiencia renal en etapa terminal, la cual se presenta cuando se pierde al menos el 85 por ciento de la función renal. En el estudio se encontró que los sobrevivientes de covid tenían tres veces más probabilidades de recibir este diagnóstico que los pacientes sin covid.
Al-Aly y sus colegas también investigaron un tipo de falla renal repentina llamada insuficiencia renal aguda, la cual otros estudios han encontrado en hasta la mitad de los pacientes hospitalizados con covid. Esta falla puede sanar sin provocar pérdida de la función renal a largo plazo.
No obstante, en el estudio del veteranos, se descubrió que meses después de haber tenido la infección, 2812 sobrevivientes de covid sufrieron insuficiencia renal aguda, casi el doble que los pacientes sin covid, aseveró Al-Aly.
Wilson señaló que los nuevos datos respaldaban los resultados de un estudio con 1612 pacientes que realizaron él y sus colegas en el cual descubrieron que los pacientes con covid que tenían insuficiencia renal aguda presentaron una función renal significativamente peor en los meses posteriores a su salida del hospital comparados con quienes presentaban daños renales agudos resultantes de otras enfermedades.
En el nuevo estudio, los investigadores no compararon de manera directa a los sobrevivientes de covid con las personas infectadas por otros virus, como el de la influenza, lo cual dificultaba saber si “en realidad estás más enfermo que si hubieras tenido otra infección grave”, comentó Sperati.
Sin embargo, en un estudio anterior realizado por el equipo de Al-Aly, en el que se analizaron muchos problemas de salud posteriores a la covid, incluidos los problemas renales, las personas hospitalizadas por COVID-19 tenían un riesgo significativamente mayor de desarrollar problemas de salud a largo plazo en prácticamente todas las categorías médicas, incluidas las afecciones cardiovasculares, metabólicas y gastrointestinales, que las personas hospitalizadas por la gripe.
Todos los tipos de trastornos renales monitoreados en el nuevo estudio fueron mucho más frecuentes en los pacientes de covid que estuvieron más enfermos al principio, es decir, los que pasaron algún tiempo en cuidados intensivos o los que experimentaron una lesión renal aguda en el hospital.
Las personas que estuvieron menos graves durante su hospitalización por covid tenían menos probabilidades de sufrir problemas renales persistentes, pero seguían siendo considerablemente más propensas que los pacientes que no habían tenido covid.
“Las personas que corren mayor riesgo son las que realmente lo pasaron mal ya desde el inicio”, dijo Al-Aly. “Pero realmente, nadie se libra del riesgo”.
El estudio también descubrió que incluso los pacientes de covid que nunca necesitaron hospitalización tenían un riesgo ligeramente mayor de sufrir problemas renales que la población general de pacientes del VA. Pero el riesgo parecía tan pequeño, dijo Sperati, que “no sé si confiaría” en esos resultados.
Wilson observó que algunos pacientes de covid que no necesitaron hospitalización estaban, sin embargo, bastante enfermos y requirieron permanecer en cama durante días. Dijo que es posible que esos fueran los que desarrollaron una disfunción renal a largo plazo, en lugar de las personas en el extremo más leve del espectro de covid.
Los médicos no saben por qué la covid puede provocar daño renal. Los expertos explicaron que es posible que los riñones sean especialmente sensibles al aumento de la inflamación o la activación del sistema inmunitario, o que los problemas de formación de coágulos sanguíneos que casi siempre se observan en los pacientes con covid alteren la función renal.
Sperati dijo que los pacientes de covid en el hospital parecían tener mayor necesidad de diálisis, y más proteínas y sangre en la orina que los pacientes hospitalizados con otras enfermedades graves.
“El coronavirus es probablemente un virus un poco más tóxico para los riñones”, dijo Wilson. “Creo que el síndrome por covid tiene algunos efectos adversos a largo plazo en el riñón”.
Pam Belluck es una reportera de ciencia y salud cuyos galardones incluyen un Premio Pulitzer compartido en 2015 y el premio Nellie Bly a la mejor historia de primera plana. Es autora de Island Practice, un libro sobre un doctor peculiar. @PamBelluck