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Poco después de anunciarse el fallecimiento de Jerry West, jugador de baloncesto y ejecutivo miembro del Salón de la Fama, a los 86 años, la NBA envió por correo electrónico a los medios de comunicación un comunicado del comisionado de la liga, Adam Silver, en el que ensalzaba las virtudes de West como “un genio del baloncesto” que contribuyó en todas las facetas de la liga durante más de 60 años.
Justo encima de la declaración había una imagen del emblemático logotipo de la liga: un rectángulo con esquinas redondeadas, azul por un lado y rojo por el otro, con la silueta blanca de un jugador driblando en el centro.
Siguiendo una de las tradiciones más extrañas de la liga, no se hizo ningún reconocimiento de que la silueta del hombre que se veía en la parte superior de la declaración era, de hecho, West.
Se trata de uno de los secretos peor guardados del deporte. La NBA contrató a Alan Siegel —el experto en marcas que creó el logotipo de las Grandes Ligas de Béisbol— con el fin de crear un logotipo para la liga en 1969 y basó la imagen en una fotografía de West, quien por ese entonces era un jugador estrella de los Lakers de Los Ángeles.
La NBA no anunció que el logotipo representaba al jugador, pero era tan obvio para la gente del mundo del baloncesto que West terminó con un apodo que tenía un peso extraordinario: le decían “el Logo”.