En julio, después de mi tercer año de universidad, mi madre vino a mi ciudad para llevarme al hospital. En la sala de preparación, me puse la bata y el cirujano me dibujó marcas en el pecho con un plumón azul.
“¿Para qué son esas líneas?”, preguntó mi madre.
“Para hacer las incisiones”, respondió el cirujano.
“Ah”, dijo mi madre, y empezó a llorar.
Una enfermera entró en mi cubículo para insertar una vía intravenosa, pero no logró encontrar la vena, y al sexto o séptimo pinchazo, yo ya había empezado a llorar. Mi madre me tomó la mano, me frotó con movimientos circulares la palma y me cantó mientras la enfermera me enterraba la aguja en el brazo.
Cuando me desperté después de la operación, lo primero que pensé fue en la sed que tenía. Lo siguiente que pensé fue que mi madre estaba a mi lado, frotando círculos en mi mano, llorando, pero sonriendo. “Esos idiotas no me llamaron cuando saliste de la operación”, susurró. “Pensé que habías muerto”.
No recuerdo que mi madre haya tomado fotografías, pero hay una foto mía con las vendas desenvueltas que dejaban ver las recientes cicatrices curvilíneas, sangrientas a lo largo de mi pecho y los restos de rotulador azul. Estoy sosteniendo un vaso de jugo de uva, con la pajilla en la boca, y estoy haciendo con la mano la señal de la paz.
Es la imagen más feliz que hay de mí captada por una cámara.
En el viaje de vuelta a mi casa, vomité jugo de uva. Mientras me asomaba por la puerta del pasajero haciendo arcadas, mi madre me levantó, me cepilló el cabello y me repitió que estaría bien. En casa, me quitó los zapatos y me metió en la cama. Días después, cuando mis heridas estaban lo suficientemente cerradas como para poder levantar los brazos por encima de la cabeza, le mostré hasta dónde podía estirarme, y ella exclamó: “¡Es increíble! Eres increíble”.
No me parezco a mi madre. Ella tiene los pómulos altos y la mandíbula prominente. Mi cara es suave, redonda, pero tengo su pelo rojizo, sus pecas. Tenemos cicatrices quirúrgicas en el pecho. Cuando salimos en la misma foto, se puede ver exactamente de dónde vengo.