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Después de tantos años de trabajo arduo y preparación, los atletas de clase mundial que lleguen a los Juegos Olímpicos de París el mes que viene podrían enfrentarse a un último obstáculo antes de competir por las medallas: ver el modo de mantenerse frescos.
Como parte de un objetivo declarado para hacer de estos los Juegos Olímpicos “más ecológicos” de la historia, los organizadores de París 2024 optaron por no poner aire acondicionado convencional en la villa de los atletas. En su lugar, se instaló un extenso sistema de tuberías de agua bajo el suelo de las residencias para dar aire fresco, o al menos aire que no supere los 26 grados Celsius, incluso en medio de una ola de calor.
Sin embargo, esas condiciones no son lo suficientemente cómodas para muchas federaciones, incluido el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos (USOPC, por su sigla en inglés), que tiene previsto equipar las habitaciones de sus atletas con aparatos portátiles de aire acondicionado.
Un portavoz del USOPC, que reconoció que muchos otros países, entre ellos Alemania, Australia, Canadá y el Reino Unido, habían tomado la misma resolución, lo describió como una “decisión de alto rendimiento”. Traducción: con tanto en juego, los atletas olímpicos no pueden permitirse fundirse en charcos de fibra muscular de alto octanaje en los días y horas previos a sus competiciones.
“Es una ventana corta de tiempo y la continuidad es importante para los atletas”, aseguró el portavoz del USOPC.